Alrededor del año 2006 se produjo en la facultad de Bellas Artes del CES Fliper la gestación del célebre experimento musical a posteriori conocido como los Joker to the Queen. Aunaba las fuerzas y el buen hacer de su gran ideólogo Maese con la ilusión del fundador Luimmi y los inspirados arreglos del que con posterioridad sería fundador de la Orquesta Arrecife. Este último se encarga de justificarnos el Poker de Joker:

 

“Cuando empecé a tocar con los Jokers yo era entonces un renegado de la música. Apenas, por puro pasatiempo, me dedicaba ocasionalmente a clickear notas sobre un pentagrama en un programa informático bastante poco práctico, amén de realizar algunas grabaciones con un viejo Casio que indefectiblemente se perdían cada vez que desenchufaba el aparato.

Con los Jokers volví a adquirir fe en la disciplina musical y a día de hoy puedo afirmar que sirvió, en cierta manera, como primer impulso para lo que más tarde constituiría una auténtica filosofía de vida. Hablamos de la Orquesta Arrecife, ni más ni menos.

Antes de terminar de grabar este álbum, a finales del año 2014, publiqué The joker, la primera versión del grupo con la orquesta, cuyo resultado no terminó de convencerme. Posteriormente surgieron Last time (2016), La caja china (2018), Like cats in plastic bags (2019) y El vivotío (2020). Cuando realicé esta última grabación, consideré oportuno aplazar la consecución del Line III para dedicar un álbum exclusivo a los Jokers, tomando como modelos la gloriosa maqueta de aquella época y la cinta de cassette extraviada de su único y geriátrico concierto”.